viernes, 10 de junio de 2011

MATERNAL

Adopté un gatito hace dos semanas....

...había querido hacerlo desde hace mucho tiempo (desde que volví al pueblo para ser exacta) pero por alguna razón no me daba el tiempo de hacerlo;....3,2,1, ok... la razón es porque siempre me había querido ir de aquí... así que las posibilidades de adoptar no eran muy altas.

Siempre he sido una persona que ama a los animales (excepto a los que caminan erguidos, en dos patas y hablan puras pendejadas), en mi casa siempre me inculcaron el respeto por los animalitos y hemos tenido muchas mascotas, desde tortugas, pollos, perros, gatos, pericos, peces etc...

Una mascota requiere de algo más que un simple llenado de plato de comida o un cariñito cada 24 horas, requiere de tu atención, dedicación y mucho de tu amor... ayer llevé a mi recién adoptado hijo a que le pusieran sus vacunas y resultó que estaba enfermito, le diagnosticaron una infección en el estómago, para esto lo tuvieron que inyectar, el pobre grito como desesperado, a los pocos minutos empezó a echar espuma por el hocico, enseguida la doctora lo agarró y lo metió al consultorio de nuevo, esta vez para ponerle un antihistamínico, tuve que permanecer en la sala de espera unos 15 minutos más porque dijeron que lo debían poner en observación un ratito.


En total pase casi 40 minutos en el hospital de animales y me pude percatar de muchas cosas, para empezar me he dado cuenta que las personas que adoptan una mascota resultan ser muy amables, muy receptivas, agradables y con una calidad moral más elevada que el promedio de los demás. Y no es de sorprenderse, las personas que aman a los animalitos tienen mucho que ofrecer y es por eso que adoptan, el amor ya no les cabe, necesitan regarlo en otros seres y eso es muy bonito. 


Me encantó ver que las mascotas son pequeños reflejitos de sus dueños (y me incluyo), las señoras apretadas y con cara de preocupación paseaban a sus chihuahuas, un padre alto con sus dos hijas medias llenitas cargaban un pug, una pareja de adolescentes llevaban a un labrador negro muy enfermo, un joven "de buen ver" llevaba dos pastores alemán, y yo por mi parte llevaba a mi gatito siamés Dylan Morelli (le gusta meterse a mi bolsa mientras lo llevo al veterinario, se siente protegido).


Aunque me gustan toda clase de animalitos, siempre me han gustado más los felinos, no entiendo bien por qué, probablemente sea su independencia, su misticismo, su instinto, son muy cariñosos con pocas personas, y suelen ser desconfiados.. bueno, al parecer si sé por qué me siento más identificados con ellos.


A mi edad, estoy descubriendo mi instinto maternal, hace poco que noté en mí un sentimiento muy raro, cuando salía y veía los bebés de mis amigas, me daban unas ganas tremendas de agarrarlos, abrazarlos, darles de comer, casi casi robármelos, cosa que no me gustaba sentir para nada, por eso estoy más que contenta con mi nuevo hijo....y mientras muchas de mis amigas regañan, alimentan y cuidan a sus hijos, yo por mi parte  hago lo mismo con el mío, muy a mi manera.


Au revoir.

Bebé Dylan














Dylan Morelli (foto actual)