jueves, 6 de octubre de 2016

LO ESTAS MAL ACOSTUMBRANDO A LOS BRAZOS

Me afirmo el verdulero....
Díselo a la naturaleza, que lo ubicó 9 meses cerca de mi corazón, 9 meses al compás de mi respiración, 9 meses en compañía de mi voz. Ella lo mal acostumbró primero, que sabiamente llenó mis pechos lecheros, para seguir siendo, uno los dos.

Que te explique la naturaleza, por qué me sonríe cuando estoy fea y me estira los brazos loco de amor.

¿Que lo estoy mal criando en brazos? cuando no me pide zapatos, ni un auto de lujo, tan solo que lo tome, por besos babosos a cambio. No me niego a sus brazos, porque negarme, sería reprimir el amor más puro e incondicional, me pide brazos porque después de pasar casi un año tan unidos como jamás lo volveremos a estar, nuestro único consuelo es abrazarnos, para no extrañarnos tanto y amarnos más y más.

Después de todo, más temprano que tarde aprenderá a caminar y todo esto será un hermoso recuerdo, de cuando una vez él fue bebé
y mis brazos eran todo para él. 

Así que señor verdulero, sin duda la naturaleza es más sabia que ambos, lo que para usted es “mal acostumbrarlo a los brazos” ella lo llama AMAR, MAMAR, MAMÁ, ni los árboles sueltan sus frutos pequeños, los cargan, hasta que estén listos, es lo natural; me dije. 

 Y yo le respondí: Dos kilos de papa, uno de cebolla…"
 (Eloísa Alarcón)

TIENES UN BEBÉ DE BRAZOS

Es muy común leer en algunos grupos o escuchar por ahí a madres desesperadas por el tema de que su hijo solo quiere estar en brazos.
Para algunas es todo un tema y entiendo, ya estuve ahí. Es sumamente agotador y a veces estresante el hecho de que tus tareas se acumulan y es casi imposible hacerlas con tu hijo en brazos. Algunas desarrollamos una que otra “mañita” para lograrlo, algunas echamos mano de un fular o rebozo para poder hacer algunas cosas, solo algunas, pues con fular es imposible y quizá hasta peligroso hacer cosas como cocinar (aunque a cierta edad puedes portearlo en la espalda).

Leo publicaciones desesperadas donde preguntan qué pueden hacer para que el crío de meses las deje al menos lavar los platos, leo cansancio, leo agotamiento físico y mental.

Para mí era muy común en los primeros meses arrullar a mi hija en brazos y cuando al fin se dormía me preocupaba que al ponerla en cama despertara, entonces me tumbaba en la cama con ella encima, en el pecho y esperaba mientras pensaba; que se haría tarde y no había adelantado la comida, la casa seguía de cabeza, no me había bañado, no había hecho NADA o bueno al menos eso creía. El estrés se apoderaba de mí.
A dos años de esas largas jornadas de siestas en brazos o en el pecho te puedo decir;
¿Tienes un bebé de brazos? ¡DISFRÚTALO! En pocos meses esas siestas y ese contacto será cada vez más escaso.

De una madre que ya no tiene un hijo de brazos a otra, te lo digo; desearás eventualmente recuperar eso. Después correrás detrás de tu hijo por un abrazo, le pedirás tú los besos pues ya no es un pequeño bebé y ahora no se detiene. Desearás esas siestas para tener un rato de tranquilidad pues a medida de que crecen hay mucha más actividad.

Hace poco le dije a mi hija; ¿me dejas abrazarte como bebé para dormir? Y contesto muy segura “soy una chica grande”. Dos años 4 meses y mi hija sabe que esa maravillosa etapa fue cosa del pasado y entonces pensé que aquellos primeros meses pasaron tan rápido que desearía volver a tenerla en brazos y llenarla de besos sin que saliera corriendo porque hay muchos juguetes que la esperan o muchas crayolas que usar.

En realidad no pensamos mucho en eso, no pensamos que crecerán y a veces pareciera que queremos irnos liberando de algunas etapas sin disfrutarlas porque estamos cansadas, pero esas hermosas etapas en realidad duran un suspiro y no vuelven. Yo sé, hay muchos platos sucios pero también hay muchos besos que dar. No pienses “no he hecho nada” si lo has hecho, dedicas el tiempo a tu hijo y vale la pena.

Todo pasa tan rápido que apenas te das cuenta que ahora tu batalla es quitar el pañal o hacer tareas de la escuela, cada edad de tu hijo es importante, única y especial, cada una tiene su encanto.

¿Tienes un bebé de brazos? Disfrútalo te lo digo yo que extraño ese pequeño calor, esa respiración cerca de mí y ese corazón latiendo cerca del mío.