lunes, 26 de septiembre de 2016

ULTIMA VEZ

LA ULTIMISIMA VEZ...

Desde el momento en el que abrazas a tu bebé por primera vez, nunca serás la misma persona.
Quizás anheles la persona que eras antes.
Cuando tenías libertad y tiempo
Y nada en particular por lo que preocuparte.

Conocerás el cansancio como nunca lo habrás hecho antes.
Y encadenarás días que son exactamente iguales el uno al otro
Llenos de tomas y eruptitos.
Cambios de pañal y llanto.
Quejidos y peleas.
Siestas o falta de siestas.
Puede parecer como un ciclo sin fin.

Pero no olvides que…
Hay una última vez para todo.

Llegará el día cuando le des de comer a tu hijo por la última vez.
Se dormirán sobre ti después de un largo día
Y será la última vez que abraces a tu niño mientras duerme.

Un día los llevarás en tu cadera y los dejarás en el suelo
Entonces nunca más los volverás a coger de esa forma.
Les frotarás el pelo en la bañera una noche,
Y a partir de ese día querrán bañarse ellos solos.

Te cogerán de la mano para cruzar la carretera
Y entonces nunca te la pedirán de nuevo.
Se deslizarán en tu habitación a media noche en busca de mimos
Y entonces será la última noche que te despierten para esto.

Una tarde cantarás “Las ruedas del autobús”* y harás todos los gestos.
Y entonces nunca más volverás a cantar esa canción de nuevo.
Te darán un beso de despedida en la puerta del colegio
Y al día siguiente te pedirán que no los acompañes nunca más.
Les leerás un último cuento en la cama y limpiarás una última cara sucia.

Correrán hacía ti con los brazos en alto una última vez.
El caso es que nunca sabrás cuando será la última vez.
Hasta que no haya más veces.

E incluso entonces te llevará un tiempo llegar a darte cuenta de ello.
Así que mientras estés viviendo estos momentos, recuerda que sólo hay un pequeño número de ellos, y que, cuando se hayan terminado, te morirás por revivir un solo día lleno de ellos.
Por última vez.

Autor desconocido.
Fuente: 9 Lunas

jueves, 22 de septiembre de 2016

EL TIEMPO

Me decían disfruta.. el tiempo pasa volando, y yo no lo creía.
Los tenía todo el día en brazos, pegados a mi, besándolos, mirándolos , alimentándolos, los minutos duraban una eternidad, los días parecían durar para siempre.
El tiempo no pasaba volando, se detenía cuando los tenía en mis brazos.  El tiempo no pasa volando pensaba, esto dura para siempre, sentía.
Me equivoqué.
Me quedé dormida una noche y cuando desperté el tiempo había pasado, ya corrían por todos lados, ya no querían tantos brazos, ya no querían tanta teta.
Me volví a despertar y ya se iban al colegio, ya sabían nadar, ya jugaban entre ellos.
En un abrir y cerrar de ojos se hacen grandes, bellos, fuertes, valientes y nobles.
Chicos criados en brazos con amor, seguros, felices, e independientes, pero grandes.
Disfruta ahora, que el tiempo si pasa volando, créeme.
Cárgalos mucho que luego crecen, antes de lo que crees.
Mételos en tu cama, que luego dormirán en la suya por el resto de su vida, bésalos mucho, bésalos siempre.
El mayor acto de amor del apego es irónicamente al pasar los años, el desapego en sí.
Dejarlos volar, dejarlos crecer, dejarlos ser.
Confía en el poder de esos dos brazos a los costados de tu corazón dándoles todo ese amor.

Autor Desconocido.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

LAS BUENAS MADRES

Las buenas madres también se equivocan, se estresan, necesitan descanzar.
Las buenas madres tienen niños que se quiebran un brazo, se contagian gripe y gritan en el supermercado.
Algunas buenas madres gritan en el supermercado también.
Las buenas madres cometen errores.
Una buena madre tiene hijos que también cometen errores.
Tiene hijos que se enojan.
Ella se enoja.

Prepara la comida tarde, 
se olvida de comprar la leche para los cereales del desayuno,
Y llora por razones que otros consideran tontas.
Dice cosas que creyó que nunca diría,
Y tiene hijos que dicen cosas que ella desearía que no dijeran.

Ella tiene malos días, malos momentos y malas semanas.
Se pierde.
Y cuando se siente tan perdida,
Cuando todo lo que puede ver es lo malo, y el miedo, 
y las dudas y los pensamientos recurrentes,
El amor la guía de vuelta.

En la oscuridad tiende una mano temblorosa,
Y encuentra el hilo del amor.
Tomada bien fuerte de este hilo que la guía, 
recorre el camino de vuelta.

Vuelve a ella misma
Con amor. Vuelve.
Una y otra vez, vuelve -
A sus niños,
A su familia, y amigos.
Vuelve con amor.

Pide perdón. Perdona.
Vuelve a intentar. Crece.
Es tan buena madre.

Vos sos tan buena madre.

MATERNAR

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El otro día una amiga me dijo "no entiendo esas cosas aburridas de la maternidad" y pensaba... 
¿Que es eso que a ella le hicieron creer que es la maternidad?
Porque maternar no es nada parecido a la publicidad de Huggies, tampoco tener cochecitos, cunas y hacer baby showers. Maternar no es lo que muestra la tapa de revista con la famosa de turno y su bebé recién nacido, tampoco decorar una habitación y hacerte una ecografía 3D. Maternar no es un cliché, un slogan o una moda.
Maternar es mucho más profundo y primitivo. Maternar es algo onírico que deja huella en el alma. Es un asombro constante, el galope de un corazón lleno de amor vibrante. 
Maternar es imperfecto y animal. Es abrazar tus fantasmas, tus miedos más irracionales que son, a la misma vez, la fuerza que te empuja. 
Maternar es tocar la angustia con las manos para que crezca una montaña enorme y fuerte dentro tuyo. Es escuchar la sabiduría de cada una de tus células y dejar que arda de amor tu transformación.
Maternar es un laberinto, es un fundirte en el otro para perderte y volver a darte la bienvenida porque, en el mismo momento que nació un bebé, también, nació una madre.