martes, 30 de diciembre de 2008

LAS 10 COSAS QUE MENOS ME IMPORTAN

Empiezo a confundir mi mente, entrelazando circunstancias y situaciones para llegar a la verdad del asunto… descubrirte en mí mientras sacrifico todo aquello que me importa, hago una pausa y cierro los ojos, te dibujo en el silencio, y con un ligero esfuerzo te imagino de frente, burlándote de mí, exhibiendo esa sonrisa concedida por tus padres; la primer cosa que no me importa en esta vida es la manera en que la utilizas (1), ya sea para festejar mis ocurrencias o simplemente para hacer temblar mi orgullo; algo que me tiene sin cuidado es tu regaño (2), siempre tan inútil como divertido y me parece necesario mas no importante, ¿por qué empeñarse en corregir mis vicios o mis cualidades?.
Sigo buscando y me encuentro más a fondo con los problemas de tu mente (3), todos trazados con esa perfección y complejidad que te caracteriza, y no me importan, yo igual tengo mis problemas, sin embargo ellos no me impiden la posibilidad de seguir en tu abrazo; tu pasado (4) me es sobretodo indiferente, no quiero saberme los mapas de tus labios, ni las huellas que han dejado otros cuerpos en tu silueta; el miedo (5) que te embriaga y se acomoda en tu saliva, es otra de las cosas que no me interesan en lo más mínimo, usualmente lo aprovechas como el pretexto perfecto para escapar de tus silencios incómodos, sería mejor que lo dejaras bajo la cama al momento de acostarte, yo me encargare de tirarlo por la mañana.
Viajo por los caminos de aquello que me es indiferente, y recuerdo aquello que me hace gracia pero de lo que menos me importa, me refiero a los quehaceres que la sociedad me ha impuesto a realizarte por el simple hecho de haber nacido en mujer (6), ya sea lavar tu ropa, sacudir tu casa o alimentarte en la cocina, yo no, yo prefiero servirme en tu cama, lavarte en mi sangre y sacudirnos en el suelo al son de la tarde.
Y llego casi a la cumbre de estas cosas que me valen madre, dándole un especial espacio a nuestras diferencias (7). Sé que hay ocasiones en que nos dejamos llevar por el enojo, hay discusiones por días interminables y nos hemos visto en la cruel necesidad de dejarnos libres de vez en cuando, pero quiero decirte que esas diferencias no me importan por qué sé que seguirán causándonos dolores en el cuello y desvelos por las noches.
Continúo confesándote que he logrado menospreciar tu olvido (8), ese tiempo que permaneciste inerte en el cual pretendías borrarme de tu memoria, te perdono y no me importa, pero terminaré mencionando sin duda alguna las dos cosas que menos me importan y que a diferencia tuya, son las cosas que más me vienen valiendo madre en la vida; es el tiempo que pasamos alejados el uno del otro (9), la razón es muy simple, desde aquel último día que pasamos en invierno mi tiempo se detuvo por completo a lo mejor tu aliento sigue rondándome ocultando la verdad de tu ausencia; y la distancia (10) en la que habitan nuestros cuerpos de nada sirve cuando cae la noche y llegan las horas de los sueños y no te extraño, porque te veo y porque vives en ellos.


LG







3 comentarios:

Micro dijo...

me quedo con lo del pasado
"tu pasado (4) me es sobretodo indiferente, no quiero saberme los mapas de tus labios, ni las huellas que han dejado otros cuerpos en tu silueta"

a veces pinches pendejos que somos los batos queriendo averiguar el pasado de una mujer. Queremos saber pero no DEBEMOS saber.


...a menos que se trate de cuestiones estrictamente higiénicas y de salud pues.

Lluvia Gabriel dijo...

concuerdo con eso ...
no hay que se ojete.

Rojo Buendía dijo...

sabes, este fue delicioso, muuyyy cabrón, lo leí ahce tiempo, pero no había comentado nada, pero es que... no sé, no podía dejar de decirtelo, fue DELICOSO.