martes, 16 de octubre de 2012

GABRIEL RODRIGUEZ

" 3. Para mí: escribir es una cochi­nada. Un tor­mento. No se lo deseo ni a mi peor ene­migo. En la mañana me siento un nar­rador medi­ana­mente inspi­rado pero en la tarde pierdo total fe en cualquier pal­abra manoseada por mí. Escribir es una ociosi­dad, una lit­eral pér­dida de tiempo. Pienso a menudo en el vein­teañero que fui, todo lleno de esper­an­zas frágiles y bobas, año­rando con ser todo un escritor. O más bien: año­rando ser leído, que tiene poquita más dig­nidad. Todo se cae a mi alrede­dor. Me despa­bila a diario la esper­anza de que un día con­seguiré pár­rafos que no me hagan sen­tir tan inde­fenso. Temo ser enter­rado en el cemente­rio de los malos escritores.

Tam­poco me quiero hacer el sufrido. Escribir es quitarse con placer la cica­triz en la rodilla, es pre­sumir el chu­petón, es la cucaracha que decidi­mos no pisar en la calle y es salir mila­grosa­mente vivo de entre las pier­nas de una mujer".

Extraídas de http://revistacritica.com/columnas-2/dos-de-surtida/125-dias-sin-encontrarme-a-nadie-leyendo-literatura-en-la-calle

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